Según Mateo 22:37-39, una de las cosas más importantes para Jehová es cómo tratamos a los demás. Esta idea me ayuda a recordar que debo mostrar amor incluso a quienes no comparten mi fe.

El párrafo 2 menciona que Jehová siente un cariño especial por los que lo obedecen. Me anima a seguir esforzándome por mostrar amor intenso a los hermanos y reflejar así el amor de Jehová.

Este párrafo compara el amor con una planta que debe cuidarse y regarse constantemente. Me recuerda que debo seguir demostrando amor de manera activa, no solo cuando me nace.

Hebreos 13:1 nos anima a seguir mostrándonos amor fraternal. Me enseña que no es suficiente haberlo demostrado antes, sino que debo seguir cultivándolo.

Según el párrafo, pensar en por qué cada hermano es valioso nos ayuda a no dar por sentada la unidad. Me motiva a reflexionar más en las cualidades positivas de cada uno en la congregación.

Este párrafo me hizo pensar que, aunque vea a los hermanos seguido, nunca debo dejar de admirar lo especial que es la unidad que compartimos gracias a Jehová.

Juan 13:35 muestra que el amor verdadero identifica a los discípulos de Jesús. La experiencia de Chaithra me recuerda que nuestras muestras de cariño pueden tocar profundamente el corazón de los nuevos.

El párrafo me animó a ser más afectuoso y acogedor, porque ese tipo de amor puede hacer que otros sientan el deseo de acercarse a Jehová.

Según Hebreos 3:13, animarnos entre hermanos nos protege del pecado. Esta perla me enseña que el compañerismo espiritual no es solo algo bonito, sino una verdadera protección.

Este párrafo me hace valorar más el apoyo de los hermanos. Jehová puede usar a cualquiera en la congregación para fortalecerme cuando estoy débil.

Colosenses 3:13, 14 muestra que el amor es lo que mantiene unida a la congregación. Esta perla me anima a ser más paciente y tolerante para contribuir a esa unidad.

Este párrafo me recuerda que el amor nos ayuda a soportarnos unos a otros. Esa actitud es clave para conservar la paz en la congregación.

1 Tesalonicenses 4:9 muestra que Jehová nos enseña a amarnos por medio de su Palabra. Esta idea me anima a estudiar con el objetivo de fortalecer mis relaciones con los hermanos.

Este párrafo me hace ver que la unidad de nuestra hermandad mundial no es algo común, es un milagro. Jehová la hace posible y yo también puedo contribuir a mantenerla.

Romanos 12:10 nos anima a tomar la iniciativa en honrar a otros. Este párrafo me impulsa a no esperar que los demás se acerquen, sino yo dar el primer paso en mostrar cariño y generosidad.

Aprendí que mostrar amor práctico—perdonar, ser hospitalario y generoso—fortalece nuestra unidad. Me anima a hacerlo con más frecuencia, no solo cuando me lo piden.

Proverbios 3:27, 28 me recuerda que si veo que alguien necesita ayuda, debo actuar de inmediato. Este párrafo me anima a estar más atento a las necesidades de los demás y no postergar el hacer el bien.

Me gustó la comparación con ser trabajadores, no holgazanes. Eso me enseña que honrar a los demás requiere esfuerzo y energía, no esperar a que otros hagan lo que yo puedo hacer.

Según Efesios 4:26, perdonar rápidamente evita que el Diablo nos divida. Esta perla me enseña que el perdón no solo protege la unidad, sino que demuestra amor verdadero a los hermanos.

Este párrafo me recuerda que perdonar sin demora es una de las mejores formas de acercarme más a los hermanos. La unidad solo se mantiene cuando hay disposición a pasar por alto las ofensas.

Según Romanos 12:11, el espíritu santo nos da entusiasmo para hacer lo correcto. Me anima saber que puedo rogarle a Jehová su espíritu para perdonar incluso cuando me cuesta hacerlo.

Este párrafo me recuerda que con la ayuda de Jehová puedo sentirme motivado a mostrar cariño sincero, incluso cuando debo perdonar a alguien que me ha herido.

Este párrafo me enseña que nuestras diferencias personales en temas como entretenimiento o decisiones médicas no deben causar divisiones. Todos tenemos que practicar la humildad y el respeto mutuo.

Filipenses 2:3 me recuerda que no debo considerar mis opiniones como mejores. El amor cristiano requiere aceptar las diferencias sin juzgar a los demás.

Este párrafo me anima a ser una fuente de ánimo constante, especialmente con quienes han regresado a Jehová. Incluso gestos simples, como una sonrisa o un saludo, pueden marcar una gran diferencia.

Me emocionó la experiencia de la hermana que volvió después de 10 años. Eso me hace ver cuán importante es acoger con cariño a quienes regresan. Puede ser la confirmación que necesitan para sentir que Jehová los sigue amando.

Según Job 12:11, debemos pensar antes de hablar. Este párrafo me ayuda a ver que mis palabras pueden edificar o herir, por eso quiero hablar siempre con amabilidad y consideración.

Me gustó la comparación con probar la comida antes de servirla. Así debo hacer con mis palabras: asegurarme de que lo que diga ayude, anime y no cause división.

Este párrafo me enseña que los padres, cónyuges y ancianos tienen la responsabilidad de usar sus palabras para edificar. Proverbios 15:23 me recuerda que una palabra oportuna puede alegrar el corazón.

Como madre/padre, quiero esforzarme por corregir con amor, animar con ternura y hablar siempre de forma que refleje el espíritu de Jehová.

1 Juan 3:18 nos anima a amar con hechos, no solo con palabras. Esta perla me motiva a buscar oportunidades concretas para pasar tiempo con los hermanos y fortalecer la amistad cristiana.

Este párrafo me recuerda que cuando paso tiempo con los hermanos—en la predicación, las reuniones o visitas—mi amor por ellos se hace más real y fuerte.

Porque nos protege espiritualmente, fortalece nuestra fe y refleja el amor que Jehová nos muestra. También contribuye a mantener la unidad y puede animar a otros a seguir en el camino de la verdad.

Buscando oportunidades para mostrar cariño, siendo generosos, hospitalarios y perdonadores. No debemos esperar a que los demás se acerquen, sino dar nosotros el primer paso.

Usando palabras edificantes, respetando las diferencias personales, recibiendo con cariño a quienes regresan, y esforzándonos por perdonar con la ayuda del espíritu de Jehová.